jueves, mayo 26


Luz de la tarde distal. Espejo del cosmos que nos brinda el cielo. Relajación, libertad, bienestar. De fondo, el cantorileo de los polluelos que están aprendiendo a volar. Como yo. Quieren descubrir el mundo, pero no saben cómo. Se asoman al precipicio del nido, con inseguridad, incrédulos ante la posibilidad que les ofrecen sus alas. Y se lanzan. Y caen. Y chocan contra el suelo. Y si sobreviven, se hacen más fuerte. Como yo. Buscando el sentido de ese espejo y de esa ilusión, pero con miras de no encontrarlo a corto plazo.