martes, enero 10


Escribir es un lujo.
Supone que tienes vida para dedicársela.
También es una necesidad.
Que emana cuando las sombras te ciernen.
Es la base de todo.
De nuestra sociedad, de mi casa, de mi espacio.
Es el transmitir saber, el compartir, el apoyo mutuo.

Y también es la obligación, es jurisdicción, es normativa.
Es incoar injusticia, reprimir deseos y derrotar ilusiones.
Incluso en ocasiones es mentir, el peor acto humano:
arrebatarle la relativa verdad a los deseados.

Tú eliges cómo quieres escribir y dejar que te escriban.
Para mí, sólo hay una: esa que te hace más libre y sabia.

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