Te llevaste 4 meses pensando en esa armónica que creías que iba a ilusionar, para que te la echaran en cara.
Te llevaste 9 meses pensando en ese libro que no regalaste para que al final lo olvidaran.
Te llevaste más de 5 años pensando en ese concierto rodeada de bosque junto a él, y luego él ni quiso ir.
Pero aún así, no es suficiente y expone al público lo que sí le hubiera gustado que le regalaran.
Soy una ilusa. Y vivo de ilusiones que, en la mayoría de los casos, se rompen para dejar un rastro de tristeza. Y creía que lo importante de los regalos era la ilusión. Pero no para ti.
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