jueves, abril 27

Consentida sin discusión la obediencia, se ha caído en el
servilismo absoluto:
Una vez sometida, totalmente, no hay nación alguna, ningún
Estado o ciudad de la tierra que encuentre en lo sucesivo
su libertad.

"A los Estados" de Walt Whitman.


lunes, abril 24

Arrojas las verdades de la oscuridad a cambio de la nada.

Vacilas a la hora de crear teorías basadas en la razón.

Dominas la física más elemental pues fuiste su creadora.

Sometes a la luz a los malintencionados, condenándolos al olvido eterno.

Creas redes de apoyo, de ayuda desinteresada y fascinación.

Eres el paradigma de la naturaleza, lo natural te busca, lo natural es buscarte.


sábado, abril 8

Siempre crecí con el despertar de los pavos. Cada domingo iba a ver al loro "Kurro" y a los escaramuzas conejos. Me encantaba llevar a Bimbo al parque para que mirara a las gallinas. Pero toda esa satisfacción personal escondía una situación inaceptable para esos animales.

En este espacio del Parque de Consolación hasta hace un mes había un pequeño "zoológico" (entiéndase unos cuantos patos, pavos, gallinas y conejos), sin opción al vuelo ni al nado practicamente. Tras muchos años, han trasladado a los animales y puesto ahora una "Ciudad de los niños", donde realmente se divierten, sin que ningún animal tenga que vivir encerrado para ello.



"El toro saldrá al ruedo, hambriento y sediento, desde la soledad del chiquero en el que estuvo aislado durante varias horas. La divisa, colocada antes pisar la arena, le provocará un intenso dolor y una herida de hasta 12 cm de profundidad en su cuello. Los puyazos del picador abrirán en su cuerpo trayectos de hasta 30 cm, seccionando piel, músculos, tendones, ligamentos, vasos sanguíneos y nervios, y producirán profusas hemorragias. Las banderillas agravarán la sensación de dolor en las zonas previamente lesionadas y la pérdida de sangre. Todo ello, además de los constantes pases de muleta delante de su cara y del extenuante ejercicio al que será sometido, llevarán al animal al agotamiento físico y mental, a sentirse cansado, angustiado y aturdido; será ese el momento en el que una espada de acero con tres filos penetre en su cavidad torácica seccionando sus bronquios y pulmones, encharcándola de sangre, y provocándole una lenta y agónica asfixia. Luego, si todavía es capaz de mantenerse en pie, será descabellado seccionando su médula espinal, dejándole tetrapléjico y será rematado con la puntilla, un cuchillo de 10 cm de hoja que destrozará su tronco encefálico."