sábado, abril 8

Siempre crecí con el despertar de los pavos. Cada domingo iba a ver al loro "Kurro" y a los escaramuzas conejos. Me encantaba llevar a Bimbo al parque para que mirara a las gallinas. Pero toda esa satisfacción personal escondía una situación inaceptable para esos animales.

En este espacio del Parque de Consolación hasta hace un mes había un pequeño "zoológico" (entiéndase unos cuantos patos, pavos, gallinas y conejos), sin opción al vuelo ni al nado practicamente. Tras muchos años, han trasladado a los animales y puesto ahora una "Ciudad de los niños", donde realmente se divierten, sin que ningún animal tenga que vivir encerrado para ello.


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