EPIMIERDOLOGÍA: esa asignatura que todos queremos. Y el claro ejemplo de cómo influye un profesor en un gusto o apetencia por el saber.
sábado, marzo 31
viernes, marzo 23
miércoles, marzo 21
Cada vez que pienso en mi futuro, lo veo lleno de ilusiones. Me imagino siendo veterinaria (no sé si de las "buenas" o de las "malas", pero siempre respetando una cierta moralidad), ayudando en alguna asociación y acogiendo de vez en vez perrillos.
Me imagino un piso de techos altos y una ventana que da a un naranjo que en primavera llena mi hogar de azahar. Me imagino con mis gatos (quién sabe sin con Cachi) y, aunque me duela reconocerlo hasta el corazón, quizás con un niño.
Sí, siempre he odiado (y odio) a los niños chicos y bebés, y pienso que es en cierto modo una desgracia traer a un niño a esta porquería de mundo. Pero también me veo paseándolo un sábado por la plaza del Pumarejo (o similar), lleno de colores en su ropa y montado sobre mis perros.
Me veo cosiendo mis cojines y colchas o pintando en un caballete en la ventana del naranjo. Me imagino yendo al teatro, a exposiciones, a rutas de senderismo y ciclismo por el campo, a comprar a un mercado para hacer dulces ricos...
Me río a la vez que pienso todo esto, porque hoy por hoy lo único que seguramente se cumplirá, es que sea veterinaria. Y más me río cuando pienso en el futuro e irremediablemente, pienso en tí. ¿Seguirás ahí o te habrás marchado hace ya tiempo?
Es una pregunta que me hago desde hace cinco años y que con el tiempo, he aprendido a convivir con ella y con sus posibles respuestas. Y la conclusión es que me da igual, hoy por hoy estás ahí, estamos ahí, más enamorada que nunca, y lo que venga en un mañana ya vendrá. Mientras, me gusta seguir pensando en mi naranjo, en mi ventana y en ti.
miércoles, marzo 14
martes, marzo 13
Llegar agotada de la facultad a casa y verte con la comidita hecha y un abrazo pintado en la cara. Cómo lo añoro, y cómo desearía que todos los días fuesen así.
jueves, marzo 8
miércoles, marzo 7
Cada día que pasa me siento más veterinaria, y eso me alucina. Cada vez me enamoro más de mi profesión y de todos los conocimientos que estoy adquiriendo. Granulopoyesis, hiperplasias, leucemias mieloproliferativas, anemia normocítica-normocrómica... Y eso es sólo un ejemplo del 3% de un tema de una asignatura.
Hoy he aprendido la diferencia entre comprimido, pastilla, píldora, tableta, gragea, cápsula, solución, emulsión... Y un poco de la legislación que me da a mí, como veterinaria (futura), un poder tal que puedo pedir medicamentos no comercializados en España al resto de los países si mi situación lo requiriera (¿podré pedir cannabinol terapeútico guiño guiño?).
También cada día veo imágenes desagradables de diversas lesiones y patologías, de animales enfermos que sufren. Pero la alegría de pensar que alguna vez llegaré a diagnosticar alguna enfermedad y podré curar a ese pequeño animalito, me da ganas de seguir viviendo sonriendo siempre al corazón.
Esto es tan complicado y bonito a la vez...
viernes, marzo 2
Cuando un animal muere, lo único que quiere es no hacer ruido e irse lo antes posible y sin sufrimiento. Ver como su mirada se apaga y no hacer nada es demasiado duro. Pero en un futuro seré veterinaria, tendré una casa y mi propia vida. Será entonces que cuando me encuentre a un gato moribundo lo cogeré, lo intentaré curar o dejaré que se vaya lo mejor posible. Ahora sólo puedo enfrentarme a la realidad y desear que esa gata se ponga bien o muera tranquilamente. Es difícil y muy doloroso para mí, pero es lo que hay.
El mundo es así de sucio, y la naturaleza así de puta.
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