Cuando un animal muere, lo único que quiere es no hacer ruido e irse lo antes posible y sin sufrimiento. Ver como su mirada se apaga y no hacer nada es demasiado duro. Pero en un futuro seré veterinaria, tendré una casa y mi propia vida. Será entonces que cuando me encuentre a un gato moribundo lo cogeré, lo intentaré curar o dejaré que se vaya lo mejor posible. Ahora sólo puedo enfrentarme a la realidad y desear que esa gata se ponga bien o muera tranquilamente. Es difícil y muy doloroso para mí, pero es lo que hay.
El mundo es así de sucio, y la naturaleza así de puta.
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