Cada día que pasa me siento más veterinaria, y eso me alucina. Cada vez me enamoro más de mi profesión y de todos los conocimientos que estoy adquiriendo. Granulopoyesis, hiperplasias, leucemias mieloproliferativas, anemia normocítica-normocrómica... Y eso es sólo un ejemplo del 3% de un tema de una asignatura.
Hoy he aprendido la diferencia entre comprimido, pastilla, píldora, tableta, gragea, cápsula, solución, emulsión... Y un poco de la legislación que me da a mí, como veterinaria (futura), un poder tal que puedo pedir medicamentos no comercializados en España al resto de los países si mi situación lo requiriera (¿podré pedir cannabinol terapeútico guiño guiño?).
También cada día veo imágenes desagradables de diversas lesiones y patologías, de animales enfermos que sufren. Pero la alegría de pensar que alguna vez llegaré a diagnosticar alguna enfermedad y podré curar a ese pequeño animalito, me da ganas de seguir viviendo sonriendo siempre al corazón.
Esto es tan complicado y bonito a la vez...
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